jueves, 4 de septiembre de 2008

VDE Colegio Cumbres

Señor Director:

Llama la atención que en Chile se repitan los mismos accidentes de tránsito en lugares que las autoridades se han comprometido a arreglar. Yo realicé el mismo viaje de estudios que las niñas del Cumbres el año 2003 y ya se comentaba lo peligroso era la ruta CH 11. Pudo haber sido mi curso o cualquiera de los miles de colegios que anualmente eligen el Lago Chungará como destino seguro para visitar. Sin embargo, tenía que ocurrir un accidente de tal magnitud para que la prensa y la clase política se hicieran parte en el debate acerca de la seguridad del camino. Me parece, a lo menos, preocupante la tardía reacción de las autoridades que durante el fin de semana coparon los noticieros de cuñas que reflejaban su empatía con las familias afectadas.
Los efectos que dejó este accidente en la opinión pública son muchos. Si bien la crítica común apunta a exigir medidas inmediatas para garantizar seguridad en la vía, también se tiende a cuestionar la responsabilidad que tienen los padres al enviar a sus hijos a estos viajes. Creo que si bien se puede debatir sobre la responsabilidad que tuvo el chofer al momento del accidente, no se puede culpar a los apoderados por una tradición que se viene realizando hace tiempo en los colegios. En el Facebook dedicado a las niñas fallecidas el viernes pasado, una señora cuestionó duramente el actuar de los padres de las víctimas por haberlas dejado ir a un lugar tan peligroso, dejando entrever que gran parte de la responsabilidad por lo sucedido, recaía en ellos. No me parece que sea el momento, el espacio, ni la razón para explicar el motivo del accidente. El tema de fondo es que de una vez por todas las autoridades tomen medidas reales para evitar el carácter reiterativo de los volcamientos en lugares que son conocidos por su mal estado.

Catalina Lara S.M.
Estudiante de periodismo
UDP

1 comentario:

pamela dijo...

Sin perjuicio de lo expresado en esta opinión, creo que la tragedia de este grupo de adolescente debiera llevarnos a una reflexión sobre lo que cada uno puede aportar para evitar que hechos como estos no vuelvan a suceder.....será el chofer que protagonizó este accidente el único que manejó a alta velocidad en este camino,?...serán todos los caminos secundarios en Chile seguros para garantizar un adecuado traslado de vehículos de transporte?...todas las personas que se trasladan en vehículos de pasajeros tendrán conciencia del uso del cinturón de seguridad en el sentido de que más que una norma es un aporte a la prevención de lesiones ante accidentes?....existe certeza, seguridad, garantía de que cada vez que nos trasladamos, independiente a dónde y en qué, no nos pase nada?
Creo que este accidente fue una penosa combinación de factores que junto al azar, o la voluntad de Dios para los creyentes, permitieron que sucediera.
Tenemos la obligación de tratar de prevenir o minimizar los riesgos, pero es no es sólo las responsabilidad de unos pocos sino de todos!!
No puede ser que a partir de cada hecho lamentable toda la sociedad se otorgue la autoridad a juzgar a todos, no está en nosotros volver la vida a quienes la perdieron, ni tampoco buscar responsabilidades si antes no lo hicimos para evitar.....esto debiera ser una enseñanza para que todos, independiente de dónde estemos, seamos o hagamos, aportemos para evitar estos hechos...DESPUES DE LA GUERRA TODOS SON GENERALES
De una vez por todas dejemos que las normas nos regulen nuestra vida y nos hagamos nosotros cargo de ella en conciencia, en beneficio mutuo para todos.
A todas las familias que hoy sufren la pérdida de sus hijas y aquellas que en el pasado también fueron afectadas, y no por todos conocidos por situaciones cómo éstas, reciban mis sinceros sentimientos de pesar.

Pamela SM