miércoles, 10 de septiembre de 2008

El saber de lo cotidiano

Admirador de Joaquín Edwards Bello y de Carlos León, Agustín Squella Narducci puede mostrarle su currículum a cualquiera. Es abogado, Periodista Colegiado, Profesor de Filosofía del Derecho en la U. de Valparaíso y U. Diego Portales, además de desempeñarse como columnista regular de El Mercurio de Santiago.

Su historia como columnista se caracteriza por la incesante búsqueda del ser humano a través de la subjetividad. Cada palabra que anota en sus escritos, expresa circunstancias con apreciaciones personales. En sus columnas, cualquiera se siente en el lugar de Squella; lo que le ocurre es tan común y corriente que nos podría pasar a cualquiera.
Aunque ciertas veces toca temas de actualidad, la política no es lo suyo. “Se trata de una actividad que ofrece material más bien pobre y casi enteramente circunstancial”, expresa.

No estudió periodismo, sino Derecho, aunque muy temprano, en los inicios de su actividad periodística, se afilió al Colegio de Periodistas de Valparaíso.
Sus inicios en el trabajo periodístico fueron en el diario La Unión de Valparaíso, en 1969. En 1970, y hasta 1974, se desempeñó como Secretario Ejecutivo primero, y como Subdirector después, del canal de televisión de la U. Católica de Valparaíso, con responsabilidades centradas principalmente en la marcha del Departamento de Prensa de la estación.

En 1970 comienzan también sus colaboraciones esporádicas con El Mercurio de Valparaíso, que mantiene hasta ahora. Pocos años después empezó a enviar colaboraciones a Artes y Letras, de El Mercurio de Santiago. Sus columnas desde aquél entonces, se aproximan a su realidad cotidiana y a la actualidad nacional, otorgándole siempre ese exquisito sabor íntimo que lo caracteriza.

En 1992, después de unos 20 años de colaboraciones esporádicas en El Mercurio de Santiago, fue invitado por el entonces director, Juan Pablo Illanes, a desempeñarse como columnista regular, en la página de redacción, con una periodicidad quincenal. Una selección de sus columnas publicadas en el diario entre 1992 y 1998 fueron publicadas en el libro "Astillas" (Editorial Universitaria, Santiago, 1998), mientras que una selección de las publicadas entre 1998 y 2007 lo fueron en el libro "Según pasan los años" (Costuras), que este año publicó la Editorial Andrés Bello.

Su campo ha sido siempre el periodismo de redacción. Fue colaborador también de una revista de cine -"Primer Plano"-, que se editó en Valparaíso durante los primeros años de la década de los 70 del recién pasado siglo, y colaboró también, en la década de los 80, con la revista "Bravo", aunque en este último caso bajo el pseudónimo de Agustín Fernández de la Hoz. "Bravo" fue una especie de "Play Boy" local, con desnudos y artículos de cultura, y sus colaboraciones allí consistieron principalmente en comentarios y críticas literarias.
Para Squella, la clave para una buena columna es la que entrega el poeta Fernando Pessoa: ver bien y escribir justo. Es ahí donde está el secreto, no escribir de más. "Escribir -decía Susan Sontag- es ejercer, con especial intensidad y atención, el arte de la lectura". Y en otro punto agregó: “Se escribe a fin de leer lo que se ha escrito”.
“Por eso que el secreto radica en ser un buen lector y apoderarse de una lectura eficaz, que te convierta, más adelante, en un buen escritor”, dice el columnista.

Manuela Ovalle

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