lunes, 27 de octubre de 2008

La primera gran final

Señor Director:

Entre celebraciones al más puro estilo kermesse de colegio, promesas de grandes banquetes, piscinazos y llantos finalizaron las elecciones por alcalde y concejal ayer por la tarde en todo el país. La mezcla de emociones que experimentaban candidatos y timoneles de los diferentes partidos políticos, parecía entre final de teleserie cebolla y reality show.

Después del baño del triunfo de Sabbat en la pileta frente a la Municipalidad de Ñuñoa, el desayuno prometido por Moreira a Escalona, las lágrimas de Zalaquett sobre el hombro de Lavín en el balcón del edificio municipal de la comuna de Santiago y la Concertación, que a pesar de su caída, celebraba en la Moneda; todo pareció ser el gran final de la primera temporada de una serie televisiva.

Y al igual que una buena producción audiovisual, nadie sabe qué pasará. El próximo capítulo, las elecciones presidenciales y parlamentarias, será aún más excitante y controvertido. Hoy vemos una equiparación de fuerzas, dónde ninguno de los bandos se quiere dar por vencido. La política chilena está en tensión. Se encuentra en uno de esos momentos narrativos en que los espectadores se comen la uñas, se sientan en el borde del sillón, agarran el teléfono para comentar lo acontecido y así aplacar la desesperación por la espera del comienzo de la próxima temporada.

Marlene Pérez Weber

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