lunes, 13 de octubre de 2008

Economía tratada con pinzas

El mundo vive una crisis financiera que no se registraba desde 1929, con el jueves negro como hito. En Chile aquel conflicto llegó años más tarde, en el año 1931 bajo el mandato de Juan Esteban Montero, profundizado por la alta tasa de cesantía, el encarecimiento del costo de la vida y la paralización de las salitreras en el país.

La actual depresión económica, que surgió como un problema en los créditos hipotecarios de baja calidad, llevó a la completa inestabilidad del sistema. Esto causó pánico en las bancas internacionales llevando todas las acciones a la baja. Durante una semana las economías de todo el mundo se vieron seriamente golpeadas ante la incertidumbre y pánico que se provocó. Sin embargo, al contrario del estancamiento de comienzos de siglo pasado, hoy Chile está mejor preparado.

El país tiene un perfil de cautela. Todos los economistas y personeros de gobierno llaman a la calma de la ciudadanía y a no mover dineros motivados por instintos pasionales. Además, el Banco Central desarrolló una serie cortafuegos, con el fin de permitir el desarrollo y garantizar la liquidez necesaria al mercado financiero chileno.

José de Gregorio, el presidente del Banco Central en la reunión anual del FMI y el Banco Mundial realizada la semana pasada, declaró que seguramente los países desarrollados experimentarían una recesión. Pero que esto probablemente no ocurriría con las economías emergentes como la de Chile. Sin embargo, esta teoría del “desacople” a la cual se aferran algunos países, se presenta igual de frágil que la situación global actual. Sólo se debe observar la baja que ha experimentado las últimas semanas el precio de los bienes primarios. Este hecho podría marcar el comienzo de la crisis económica para aquellos países que basan su economía en el área primaria.


Marlene Pérez Weber

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