martes, 28 de octubre de 2008

El preámbulo de las presidenciales

Los resultados de las elecciones municipales terminaron por confirmar lo que hace tiempo ya se venía diciendo: la Concertación está en una especie de ocaso y la Alianza está ganando cada día más adeptos. Sea por el Transantiago, los casos no notificados de Sida, los dineros “mal gestionados”, entre otras cosas, la conclusión es la misma y quedó demostrada el pasado domingo 26 de octubre, cuando la oposición obtuvo un mayor porcentaje de alcaldes, además de ganar comunas emblemáticas.
Esto, sin duda, es un indicio de que la Alianza podría efectivamente llegar al sillón presidencial en las elecciones del próximo año. Pero como no todo en la vida es tan fácil y la derecha chilena siempre se ha caracterizado por tener disputas entre sus líderes, las ambiciones presidenciales podrían complicarse, sobre todo, con la aparición de otros candidatos que hasta ahora ya han comenzado a demostrar mayores aspiraciones en su carrera política.
Así, la falta de unión y descoordinación que la Alianza ha criticado en este último tiempo a la Concertación, podría también jugarles en contra a ellos, lo que generaría disputas y controversias que eventualmente podrían restarles votos.
Si la derecha pretende tener un gobierno es necesario que se ordene y vuelva a lo que tenía hace un mes: un candidato único. Porque el caos es un mal antecedente, sobre todo para los votantes, que necesitan de una vez por todas que se gobierne de forma correcta, y no que se pierda el tiempo en peleas y rencillas de poca monta.
Alejandra Vidal

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