jueves, 6 de noviembre de 2008

Cambios allá y acá

Barrack Obama no solamente es el primer presidente negro de los Estados Unidos, sino que también es una apuesta para el futuro, para lo que viene y aún es incierto
A través de sus numerosas estrategias comunicacionales digitales, como mensajes de texto vía celular, la instalación sus paletas de vía pública en los videojuegos de carreras de autos en los XBox 360 o la creación de tecnología sobre la plataforma del iPhone, facilitó durante todo el período de elecciones, la información que se difunde a través del boca en boca. Esto dio como resultado, que el candidato haya tenido su momentum. Justamente ahí radica el éxito de Obama, en la importancia que le han dado los medios de comunicación convirtiéndolo en el tema más importante de la actualidad electoral.
Por otro lado, Obama es una marca objetivamente nueva, diferente, llena de magnetismo y de la que todo el mundo habla. Lo mismo ocurre con ciertos personajes políticos de nuestra realidad nacional, como el recién reelecto alcalde de Peñalolén, el DC Claudio Orrego. Él, a pesar de ser parte de un conglomerado que apela más bien a la tradición y a la solidez política basada en los logros realizados en el pasado, es también una marca nueva que mira hacia el futuro. Junto con Obama, su éxito radica en ser una excepción a la regla (él diferente al modelo típico de la DC y Obama un demócrata de color).
De esta forma, se pueden encontrar algunas similitudes entre la realidad política norteamericana y la nuestra. Por algo que en las elecciones municipales chilenas, los políticos que apuntaron su estrategia hacia el pasado, -como por ejemplo el caso de Jaime Ravinet- tuvieron pésimos resultados. Quizás a McCain le pasó lo mismo. No sólo por ser republicano, sino que su estrategia se veía añeja.
Por ahora, sólo queda celebrar que hay un cambio. Y no sólo en estados Unidos, sino que también, en nuestra propia casa.

Manuela Ovalle

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