El sorpresivo y débil resultado de la Concertación en las elecciones Municipales recién pasadas, especialemente en los alcaldes, es una alerta que requiere un profundo análisis. El contexto político-social cambia con los números del domingo. Por primera vez la oposición supera la barrera del 40% en ediles y conquista la mayoría de las comunas emblemáticas y 9 de las 15 capitales regionales, y las más importantes: Santiago, Valparaíso y Concepción. Esto no es un hecho menor.
La Concertación perdió 55 alcaldías, algunas muy estratégicas y aún así Adolfo Zaldívar dice que "es algo fantástico". Que lo hicieron posible sin medios, ni recursos. Quizás habría que verificar si ciertamente no había financiamiento para las campañas de cada candidato, porque de ser así no se notó.
Claro está que lo relevante de esta elección municipal es la proyección hacia los posibles resultados de las presidenciales del próximo año. Independiente del número de consejales o alcaldes electos, esto sólo confirma que la batalla por La Moneda será extremadamente peleada. Ni el actual gobierno perdió la mayoría para arriesgar dramáticamente un triunfo presidencial, ni la Alianza ganó lo necesario para instalar la idea de que su llegada al poder será inevitable, obviamente que el escenario de una segunda vuelta presidencial en 2009 se ve más seguro aún.
La Concertación debe tomarse un momento de reflexión, porque la ciudadanía le ha enviado una advertencia. Deben hacerse cargo de las quejas y reclamos de sus electores y entender que Chile ha cambiado, que se necesitan ciertas reformas, que se deben tomar desiciones duras y efectivas para poner al país a la altura que merece. Deben entender que la gente está cansada de sufrir y no quiere más de lo mismo. Si no lo hacen, le dejarán la oportunidad a la Alianza de demostrar que tiene esa garra, pasión e innovación que le falta al oficialismo.
NICOLE STERNSDORFF F.
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